Un contrato de arrendamiento es un acuerdo entre dos personas que está formado por un arrendador, que cede el derecho a usar y disfrutar de un bien durante un periodo de tiempo determinado; incluye un arrendatario, que deberá realizar los pagos establecidos como contraprestación.
El principal obstáculo con el que nos podemos encontrar cuando vamos a alquilar una vivienda de forma temporal es la inexperiencia o desconocimiento de todos los términos legales que el contrato incluye. En muchas ocasiones, la persona en cuestión firma el contrato sin haber comprendido completamente cada una de las cláusulas a las que se hacen referencia. El arrendatario se encuentra entonces en una posición de desprotección al haberlo firmado.
La Ley de Arrendamientos Urbanos dispone la posibilidad de abandonar el contrato de arrendamiento siempre y cuando hayan pasado seis meses desde su formalización. Del mismo modo, arrendador y arrendatario pueden pactar en el contrato que en caso de desistimiento del mismo, el arrendatario tenga la obligación de indemnizar al arrendador pagando una mensualidad de renta en vigor por cada uno de los años de contrato que falten por cumplir.
Cuando el periodo de tiempo restante del contrato a cumplir es inferior a un año debería de pagarse la parte proporcional de la indemnización.